Muy fácil es acceder a un medio de comunicación y más aún quedar atrapado
por su inevitable capacidad de captación y penetración en la opinión pública y
la audiencia en general, pero lo verdaderamente arduo y complicado es que te
enganches a lo correcto, que te subordines a las luces y no a las sombras, que
cada paso que des prime la lógica y la honestidad y que sobre todo no centres
tu tiempo vital en algo que no sirve para poco más que limpiar las sobras y obtener
cuota de pantalla sin criterio ninguno, si, os estoy hablando de eso que dan
por las tardes en la televisión, o incluso al medio día y hace llamarse
"tele-basura", cuando el prefijo "tele" al uso queda demasiado
superfluo y si lo abreviáramos en "basura" nadie notaria la
diferencia pues el olor pestilente y las secuelas y consecuencias que provoca
solo pueden hacerlo un producto caduco, de mala calidad, podrido y vírico...
Al igual que a lo largo de la humanidad han nacido personas ingratas y devastadoras,
conocidas más bien por sus barbaridades y actos impuros que por su afán de
progreso, también nació el producto en el que prima el morbo, el
sensacionalismo y el escándalo. No creo que haga falta definirlo más, estamos
hablando del terrorismo "informativo", engañar al público con
noticias que no son noticias y personas de la calle que no tienen relevancia política,
social ni burocrática, pero que con cuatro arreglos y el poder de la caja tonta
se puede transformar al más sucedáneo chaval en el símbolo televisivo número uno,
esto no es magia, lo hace la telebasura que ves todos los días. Llegado a este
punto puedes ser la persona que no ve estos programas "televisivos",
entonces te diría que estas salvado, tienes permiso para pulsar la pestaña roja
de arriba, pero sí en cambio eres un adicto a "hombres mujeres y
viceversa" al final de estas inocentes palabras intentare curarte y que
mañana pongas un informativo en vez de "el circo de los horrores". Y
si Sálvame te motiva a despertarte cada mañana este texto va dirigido a ti, si
consigo salvarte ya habrá merecido la pena el tiempo perdido tecleando solo en
mi habitación.
Soy el primero que es consciente de que sin estos "programas" por
llamarlos de alguna manera, puede que económicamente las cadenas pierdan
dinero, pero si no eres capaz de sustituir esto por algo de calidad y ganar
dinero, amigo mío debemos abandonar ese barco que llamas cadena y dejárselo a
otro que hará lo que debe hacer una televisión, informar y ofrecer productos de
calidad, sin olvidar esto último... Calidad no quiere decir que algo te atraiga
a verlo al siguiente día, debemos poder superar esto y al igual que el niño no
toma pimiento porque no le gusta, nosotros debemos rechazar este producto verde
y mal oliente, que aunque los demás dicen que es bueno y no te va a hacer daño tu sabes que no te gusta, capacidad de elección.
No te gusta el pimiento y aunque te coaccionen tu eres firme y lo rechazas,
solo así podrás conseguir que se acabe con todo el pimiento del mundo y nunca
preocuparte por tomarlo o no, porque no existirá.
No voy a entrar en si ve todo el mundo estos productos o si en realidad
entretiene y no debe qui... NO, no os engañéis, los grandes cambios no fueron
por necesarios sino porque se vio la realidad, el buen camino, variar, mutar,
progresar... Tengo la esperanza de que algún día la humanidad pueda disfrutar
de programas de calidad informativa sin tener que esquivar estos abruptos e
infames abalorios desdichados. Nadie puede ver telediarios las veinticuatro
horas, pero no estoy pidiendo eso, sino ser conscientes de que comemos, que
vemos y que queremos... Uno es lo que come, si esto fuera verdad ya habríamos
encontrado solución a la situación del país, pero mucho me temo que aun
cambiando la basura por comida queda mucho para acabar con la precariedad
española, pero es un paso hacia la cultura, la luz y no las sombras.
El fin de la "telebasura" no traerá la mejoría, puede que nos
aburramos más, hasta en algún caso me odiaríais por prohibiros la manzana
prohibida, pero es como cuando un padre pone límites a sus hijos esperando que algún
día progresen y sean alguien, a diferencia de que ni yo soy vuestro padre ni
vosotros mis hijos, aunque si os puedo asegurar que progresareis y algún día podréis
decirle a vuestros hijos lo que pasaba en el mundo y no que tronista conquisto
a quién, pues seamos sinceros, eso importa ahora, pero no en el futuro y si
algo nos tiene que preocupar es el futuro, un futuro que para empezar, cada vez
lo veo más lejano.




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